Movimientos culturales del México Post revolucionario.

El período postrevolucionario que va de 1920 a 1940, integró una época de restauración nacional en torno de un renovado nacionalismo estatal que impulsó un redescubrimiento y reconformación del país, cuya principal característica giró alrededor de la incrementada incorporación de millones de personas, que habían sido excluidas por la dictadura, a la vida sociopolítica y económica de la nación; aprovechando la fuerza generada y la presión de sus numerosos participantes, directos o indirectos, en los proceso violentos del movimiento revolucionario que sacudió a todo el país.

Se reconocieron a partir de entonces en la imposición de un nuevo panteón de héroes, actitudes, frases, canciones, paisajes sociales, consignas, visiones utópicas y glorificación de rasgos negativos. Este nacionalismo se apoyó en una doctrina cultural que se apuntaló más en espectáculos que en libros, con una particular versión monumental de la historia nacional por medio del muralismo o la Escuela Mexicana de Pintura.

Los pintores muralistas, que tuvieron en José Vasconcelos (Secretario de Educación Pública en el gobierno de Álvaro Obregón) su mejor promotor, se propusieron crear un arte al servicio del pueblo: un arte que le permitiera a éste aprender, a través de los grandes murales pintados en los edificios públicos, la historia mexicana y universal.

Sus planteamientos, de crear grandes obras plásticas en edificios públicos, expuestas a la mirada de todos los mexicanos, con el fin de educar y generar una concepción popular y socializante del imaginario colectivo de patria, nación, sociedad, pasado y futuro, impactó en el conjunto de su generación y de las subsecuentes a lo largo del siglo XX.

El escritor jalisciense Mariano Azuela (1873-1952) escribe la primera novela de la revolución: Los de abajo (1915) que tiene como protagonistas principales a las masas revolucionarias.

Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas los medios de difusión cambiaron su enfoque, mostrando más interés por temas sociales propios de la clase media, como noticias nacionalistas sobre política y economía, y asuntos indigenistas y rurales, reduciéndose la información sobre la aristocracia y sus asuntos que reproducía periódico El Universal; mientras que el diario Excélsior, convertido en cooperativa de trabajadores en 1938, tenía un seguimiento puntual de la obra cardenista y su visión socioeconómica, además de la propaganda del régimen en sus tareas de reorganización sociopolítica de las corporaciones sociales en torno del partido oficial y el gobierno, mientras la aristocracia empresarial se reducía a reuniones y ceremonias privadas en los deportivos y residencias.

Las concepciones socializantes que auguran un próximo desarrollo del país en manos de los campesinos y obreros, sobre todo en la década de los años de 1930, al ser impulsadas estas interpretaciones desde las propias aulas de la escuela básica por los docentes de la Secretaria de Educación Pública. Lo que condujo a una revaloración del indigenismo, arqueológico y etnológico, en la fotografía, el cine, la literatura, la danza y la música, como una explosión de cultura popular que unió en gustos a las clases medias, campesinas y proletarias con la mayoría de la intelectualidad de la época, situación que tradujo sus expresiones en una idea de lucha ancestral por la libertad y la igualdad de los mexicanos, en un redescubrimiento del pasado y la creación de las sociedades prehispánicas, de los pueblos indígenas, además de las múltiples conformaciones del paisaje del territorio nacional se convirtieron recorridos obligatorios para los turistas nacionales y extranjeros.

Un resultado inmediato en las expresiones plásticas, a partir de estas manifestaciones y de la movilización sociopolítica y económica del Cardenismo en lo nacional, y del impacto del arte de propaganda difundido sobre todo por las organizaciones socialistas europeas en lo internacional, lo constituyó la integración del Taller de la Gráfica Popular en 14 15 1937, que integró un movimiento plástico de grabadores, litógrafos, dibujantes y pintores quienes llamaron a sus obras: arte de combate, arte comprometido o arte al servicio del pueblo.

FUENTE BIBLIOGRÁFICA

Haz clic para acceder a sso3_u14lecc1.pdf

Haz clic para acceder a 106.posrevolucionmexicana.pdf

Haz clic para acceder a Cultura1920.pdf

Movimientos culturales del México Post revolucionario.

Un comentario en “Movimientos culturales del México Post revolucionario.

Deja un comentario